El skyline de la Gran Manzana no sólo se caracteriza por sus altos rascacielos, los depósitos de agua en Nueva York que se encuentran en lo alto de muchos edificios son otro elemento muy característico de su silueta.
La verdad es que es algo que salta a la vista a cualquiera que viaja a Nueva York y que alza la mirada hacia cualquier azotea, sobre todo en Manhattan. Y la explicación es muy sencilla, así que sigue leyendo!
Los depósitos de agua en Nueva York:
A principios del siglo XIX se puso en marcha una ley que obligaba a los pisos de la ciudad de Nueva York de más de 6 pisos de altura a tener en su azotea un depósito de agua por 2 motivos: el primero era para aumentar la presión (y volumen) de agua en las casas y la segunda por seguridad contra posibles incendios.
Hoy en día todavía se encuentran casi 15.000 depósitos de agua en Nueva York (o eso dicen, yo no he tenido tiempo de ponerme a contar…) y lo más curioso es que la mayoría siguen en funcionamiento, puesto que los problemas de la presión del agua siguen existiendo en algunas zonas. De hecho en algunos barrios los edificios de nueva construcción siguen siendo obligados a poner una cisterna en lo alto de sus edificios. Para lo que ya no se usa es como medida anti-incendios ya que ahora existen medidas más modernas para actuar frente a un incendio.
Los depósitos de agua de las azoteas de Nueva York (tanto viejos como nuevos) lejos de parecer algo anti-estético dan a la ciudad una imagen entrañable y única, un icono más de Nueva York. Es por eso que en barrios como Tribeca se siguen poniendo estas cisternas aunque en muchos casos no se usan.
A pesar del paso de los años y de la modernización de la Ciudad de Nueva York, la mayoría de depósitos de agua se siguen construyendo como antes, en madera, ya que es la manera más económica de construirlo. Un depósito de madera dura alrededor de unos 30-35 años, aunque anualmente se debe pasar una revisión para limpiarlo y ponerlo a punto.
Algunos de esos depósitos de agua en Nueva York se han convertido en verdaderas obras de arte, fruto de artistas callejeros pero también potenciado por una exposición que se llevó a cabo en 2012, con la finalidad de concienciar a la gente de la importancia del agua. Mary Jordan y un grupo de artistas se propusieron dar color a 300 depósitos de NYC.
Pero si hay una cisterna en Nueva York que realmente es famosa esta es la WaterTower de Tom Fruin. Un déposito que quiere rendir homenaje a este icono de la ciudad, hecho con cristales de colores que por la noche se iluminan. El tanque de agua ha pasado por varias localizaciones, al principio en el Brooklyn Bridge Park, después en el Manhattan Bridge y ahora luce en una azotea en Dumbo.
A veces es de agradecer que una ciudad como New York, que no se detiene ante nada, sea capaz de mantener algunas señas de identidad que aunque parezcan anticuadas la hacen única.